"the unrepressed unconscious, as distinct from that which has been repressed, may be seen in terms of a stratified bi-logic structure… ...conscious levels use an organised interplay of asymmetrical and symmetrical thought; then, with emotionality, looser symmetrizations come into play, while deeper unconscious levels manifest much higher proportions of symmetry".
Eric Rayner
(Matte-Blanco, 1975, xx)
"The proportion between symmetrical and asymmetrical relations in a given mental product may vary ad infinitum. ... This has an important bearing on the variations of the magnitude of emotion, according to the level".
(Matte-Blanco, 1975, p. 104)
"We can now define the notion of 'level' as referring to the proportion between symmetrical and asymmetrical relations. So, according to our convention, the greater the proportion of symmetrical relations in a given piece of psychical reality within a given individual, the deeper will be the level of this reality".
(Matte-Blanco, 1975, p. 161)
"...the mind is structured in such a way that in every one of its direct manifestations we can, if we look for it, detect the activity of its various levels, from the asymmetry seen in conscious thinking to the great proportion of symmetry of the deepest levels. It must be added that in each case some levels are more obvious than others".
(Matte-Blanco, 1988, p. 161)
"...the notion of level was defined in terms of the proportion of symmetrical relations present in a given mental manifestation. This concept... is closely alied to, but not the same as, my concept of strata..."
(Matte-Blanco, 1988, p. 185)
"...the notion of level was defined in terms of the proportion of symmetrical relations present in a given mental manifestation. This concept... is closely alied to, but not the same as, my concept of strata..."
(Matte-Blanco, 1988, p. 185)
Se trata de una estructura porque implica relaciones entre estratos, que posee un número potencialmente infinito de niveles concebidos en términos de mayor o menor generalidad, que pueden ser descriptos en función de la proporción de lógica asimétrica o simétrica que utilizan. Parte de la lógica clásica y va descendiendo hacia simetrizaciones cada vez más extendidas, hasta finalizar en algo que es a la vez uno e indivisible.
Convencionalmente Matte-Blanco distingue cinco estratos en lo que denomina estructura bi-lógica estratificada constitutiva:
1) Primer estrato [presentational level]: Objetos bien delimitados accesibles a la consciencia.
Un primer nivel de este estrato corresponde a la concepción o percepción de objetos concretos y definidos (una persona; un objeto material; un pensamiento relativo a un hecho determinado, por ejemplo: "La temperatura está subiendo", o a un concepto abstracto, por ejemplo, el libre albedrío). Este sería el nivel del pensamiento asimétrico.
Un segundo nivel de este mismo estrato sería aquel en el cual uno capta o explora las relaciones entre ciertos objetos concretos y otros: sus similitudes y diferencias, a qué clases pertenecen y a cuáles no. Por ejemplo, Pedro: a- es un hombre, es decir que es un elemento de la clase de los hombres, b- no es un elemento de la clase de las mujeres, c- es un psicoanalista, d- adhiere a tal corriente psicoanalítica, etc. En este nivel un objeto tiene vínculos potenciales con un gran número de otros objetos o conjuntos de objetos.
2) Segundo estrato: Emociones más o menos conscientes. El rasgo distintivo de este estrato es que la emoción hace su primera aparición visible: "me gusta", "lo odio", "le temo", etc. Como las emociones son estructuras bi-lógicas, este nivel presenta simetrizaciones, pero estas están bastante circunscriptas a nivel consciente. Por ejemplo, alguien puede sentir que un hombre es como un tigre, pero una persona normal no siente que este es un tigre. Otro ejemplo: Un hombre enamorado atribuye a su amada todos los atributos (belleza, bondad, ternura, etc.) de la clase a la que pertenece, pero a la vez podrá ver que tiene limitaciones y defectos.
3) Tercer estrato: Simetrización de la clase. A medida que descendemos, aumenta la proporción de simetría. Aquí todas las cosas pertenecientes a la misma clase se vuelven idénticas entre sí, no solo con respecto a la función proposicional que define a la clase en cuestión, sino con respecto a todas sus propiedades. Por ejemplo, las personas de un mismo grupo étnico son tratadas como si fueran similares en todos los otros aspectos, como se observa en los prejuicios. Una consecuencia fundamental de una simetrización tal es que cada individuo equivale a la clase y posee, por lo tanto, todas las potencialidades del conjunto en su grado máximo. Si el conjunto es, por ejemplo, el de las madres enojadas, entonces la madre o cualquier parte de ella, por ejemplo, el pecho, será vista como inmensamente peligrosa. Si se trata del conjunto de los padres, el pene será sentido como extremadamente penetrante. Lo mismo vale para la bondad.
En este estrato, debido a la identificación del individuo con la clase, la intensidad tiende a valores infinitos. El primero adquiere todas las potencialidades de la segunda, y potencialmente un grado infinito de las características de la clase.
M. Klein exploró magistralmente este estrato.
La simetrización de la clase se ve también en la atemporalidad. Todos los instantes tienen entonces las mismas propiedades (precedente = siguiente) y no se distinguen entre sí.
Los estratos más superficiales (1, 2 y 3) corresponden a la consciencia, el preconsciente y las primeras simetrizaciones. En ellos hay muchas relaciones asimétricas disponibles.
Los estratos más superficiales (1, 2 y 3) corresponden a la consciencia, el preconsciente y las primeras simetrizaciones. En ellos hay muchas relaciones asimétricas disponibles.
4) Cuarto estrato: Formación de clases simetrizadas más grandes. La unión de diferentes clases o conjuntos hace que estos se agranden, se vuelvan más abarcativos. Por ejemplo: la clase de los seres humanos comprende la de los hombres, la de las mujeres y la de los niños, de tal manera que, cuando de la simetriza, ser un hombre es idéntico a ser una mujer o un niño.
Este es el estrato en el que algunos esquizofrénicos se sienten cómodos. Ejemplo: Una paciente decía que un hombre era muy rico, al preguntársele por qué respondió: "Es muy alto". Ambas propiedades (rico y alto) conforman subconjuntos del conjunto mayor conformado por aquellos que poseen algo en un grado elevado. Como resultado de la simetrización: muy alto = muy rico.
En este estrato de mucha simetría y poca asimetría, no se encuentran los altos montos de agresión ya que la agresión intensa requiere de grandes cantidades de asimetría. Es importante tener esto en mente para entender la esquizofrenia. Algunos piensan que todas las emociones de los esquizofrénicos son extremadamente intensas, pero esto parece ser cierto solo parcialmente. La experiencia con tales pacientes demuestra que las personas que se manejan con simetrizaciones muy extensas tienden a ser calmas y serenas.
Las siguientes características del inconsciente pertenecen a este estrato relativamente profundo:
- Ausencia de contradicción: Si un conjunto que contiene afirmaciones y sus respectivas negaciones es simetrizado no hay posibilidad de contradicción ya que lo afirmado pasa a ser igual a lo negado.
- Identidad entre la realidad psíquica y la realidad externa.
5) Quinto estrato: Indivisibilidad. Desde este punto en adelante los montos de simetrización son tan grandes que el pensamiento, que requiere de relaciones asimétricas, se ve seriamente dificultado.
Conceptualmente el fin es el modo indivisible puro, donde cualquier cosa es todo lo demás y la interminable cantidad de cosas tiende a volverse misteriosamente una sola cosa.
Estudiar sistemáticamente el material ofrecido por los pacientes a la luz de estos conceptos ayuda a comprenderlos y ayudarlos mejor. Al hacerlo, podremos ver que el mismo material clínico presenta aspectos de diferentes niveles simultáneamente.
Por ejemplo, en un nivel más superficial podemos encontrar relaciones entre personas separadas, mientras que, en un nivel intermedio, en cambio, las personas son vivenciadas como objetos que pueden estar adentro de uno o adentro de los cuales uno puede estar. Este es el nivel de la envidia, de las identificaciones proyectivas y los continentes. En un nivel más profundo la distinción entre personas o entre objetos comienza a perder sentido, en tanto y en cuanto las nociones espacio-temporales se desvanecen. Correspondientemente, el concepto de agresión*, después de haber pasado a través de niveles en los que adquiría magnitud infinita, comienza a desdibujarse. La unidad fundamental entre sujeto y objeto se siente cada vez más, hasta el punto en el que hablar de identificación proyectiva no significa nada. Estamos en el nivel de la matriz básica, en la cual la noción de envidia ya no es pertinente.
* Deseos agresivos extremadamente fuertes en el primer nivel serían incompatibles con la normalidad, pero la agresión puede tender al infinito en niveles profundos sin que haya perturbaciones. La agresión real o fantaseada requiere de acciones (movimientos) más o menos violentas, conectadas implícitamente a nociones de espacio y tiempo. La agresión es visible en los estratos superficiales, pero esta es temida en función de su intensidad vista (infinitizada) a través de ojos simétricos. La infinitización es doble: la cantidad de elementos de la clase tiende al infinito (la clase se incluye en clases más amplias que a su vez incluyen clases equivalentes); y la intensidad de aquello que la define también tiende al infinito. En consecuencia, la agresión puede llegar a sentirse como superior a una explosión nuclear
La concepción de la vida mental en término de diferentes proporciones de simetría y asimetría conduce a una nueva visión del conflicto. En el nivel superficial la función sintética del yo, asociada al self, usualmente logra suavizar y coordinar deseos opuestos. Pero si se produce una invasión de simetría desde un nivel inferior, entonces la agresión, por ejemplo, será sentida como peligrosa.
A medida que descendemos a través de los estratos las circunstancias cambian. Cuando todavía hay relaciones asimétricas disponibles que permiten diferenciar entre varios deseos, pero a la vez las cosas comienzan a verse simétricamente, el conflicto aparece al máximo (niveles 3 y 4). A un cierto nivel las tendencias agresivas tienden a magnitudes infinitas, pero más abajo la noción de agresión pierde sentido. Sin tiempo ni espacio (ausencia de relaciones asimétricas), ni la agresión ni el conflicto son concebibles. Es por ello que el mismo individuo puede aparecer a la vez como equilibrado y pacífico, lleno de agresión o extraño a la misma, de acuerdo al nivel considerado.
Pero la relación entre los estratos puede alterarse, como cuando se fractura la diferenciación entre estratos, apareciendo manifiestamente en niveles conscientes estructuras bi-lógicas que serían usuales en niveles profundos. En estos casos, como en los pacientes psicóticos, se observan cortocircuitos entre los estratos. Por ejemplo, Schreber mostraba ecuaciones en las que revelaba su incapacidad para diferenciar a su padre de Dios o a sí mismo de su mujer como madres potenciales.
Normalmente encontramos mezclas de asimetría y simetría en las profundidades del inconsciente (por ejemplo, un sujeto puede sentir que tiene órganos genitales de los dos sexos a la vez: pene y vulva y vagina), híbridos que serían muy perturbadores y ansiógenos en caso de acceder a la consciencia. En general, lo que se observa es la introducción creciente de relaciones asimétricas a medida que estos compuestos ascienden por los estratos (neurosis). La irrupción brusca de los mismos en niveles conscientes más allá de cierto grado implica un quebrantamiento psíquico (psicosis). Ejemplo clínico: un adolescente que más tarde tuvo un brote psicótico, impulsivamente se hizo sacar un diente sano después de haber discutido con su padre. Esta extracción significaba para él ser viril y castrado a la vez (simétricamente).
Estudiar sistemáticamente el material ofrecido por los pacientes a la luz de estos conceptos ayuda a comprenderlos y ayudarlos mejor. Al hacerlo, podremos ver que el mismo material clínico presenta aspectos de diferentes niveles simultáneamente.
Por ejemplo, en un nivel más superficial podemos encontrar relaciones entre personas separadas, mientras que, en un nivel intermedio, en cambio, las personas son vivenciadas como objetos que pueden estar adentro de uno o adentro de los cuales uno puede estar. Este es el nivel de la envidia, de las identificaciones proyectivas y los continentes. En un nivel más profundo la distinción entre personas o entre objetos comienza a perder sentido, en tanto y en cuanto las nociones espacio-temporales se desvanecen. Correspondientemente, el concepto de agresión*, después de haber pasado a través de niveles en los que adquiría magnitud infinita, comienza a desdibujarse. La unidad fundamental entre sujeto y objeto se siente cada vez más, hasta el punto en el que hablar de identificación proyectiva no significa nada. Estamos en el nivel de la matriz básica, en la cual la noción de envidia ya no es pertinente.
* Deseos agresivos extremadamente fuertes en el primer nivel serían incompatibles con la normalidad, pero la agresión puede tender al infinito en niveles profundos sin que haya perturbaciones. La agresión real o fantaseada requiere de acciones (movimientos) más o menos violentas, conectadas implícitamente a nociones de espacio y tiempo. La agresión es visible en los estratos superficiales, pero esta es temida en función de su intensidad vista (infinitizada) a través de ojos simétricos. La infinitización es doble: la cantidad de elementos de la clase tiende al infinito (la clase se incluye en clases más amplias que a su vez incluyen clases equivalentes); y la intensidad de aquello que la define también tiende al infinito. En consecuencia, la agresión puede llegar a sentirse como superior a una explosión nuclear
"The deepest strata of the mind… are ones where no conflict is experienced. The latter can exist only when opposing forces are struggling: something which requieres even if only on a purely symbolic level, both space and time".
(Matte-Blanco, 1988, p.195)
La concepción de la vida mental en término de diferentes proporciones de simetría y asimetría conduce a una nueva visión del conflicto. En el nivel superficial la función sintética del yo, asociada al self, usualmente logra suavizar y coordinar deseos opuestos. Pero si se produce una invasión de simetría desde un nivel inferior, entonces la agresión, por ejemplo, será sentida como peligrosa.
A medida que descendemos a través de los estratos las circunstancias cambian. Cuando todavía hay relaciones asimétricas disponibles que permiten diferenciar entre varios deseos, pero a la vez las cosas comienzan a verse simétricamente, el conflicto aparece al máximo (niveles 3 y 4). A un cierto nivel las tendencias agresivas tienden a magnitudes infinitas, pero más abajo la noción de agresión pierde sentido. Sin tiempo ni espacio (ausencia de relaciones asimétricas), ni la agresión ni el conflicto son concebibles. Es por ello que el mismo individuo puede aparecer a la vez como equilibrado y pacífico, lleno de agresión o extraño a la misma, de acuerdo al nivel considerado.
La estructura estratificada puede ser concebida como un logro del desarrollo. En los casos normales los estratos se diferencian entre sí y no interfieren entre ellos, en el sentido de que lo que ocurre en uno de ellos usualmente no ocurre en los que están por arriba o por debajo de él. Por ejemplo, en el primer estrato se da la captación precisa de objetos, relaciones o situaciones, mientras que en el segundo hay una gran interacción entre los elementos. El tercer estrato establece, mediante simetrizaciones, identidades entre individuos. Esto no ocurre en los dos primeros.
A pesar de estas nítidas distinciones entre los estratos, el individuo normal es capaz de percibir (sentir) la continuidad entre los estratos. Es posible afirmar que cada estrato está presente de un modo misterioso en cada uno de los estratos más cercanos a la superficie. Es importante aclarar que lo hace de una manera invisible que respeta las características del estrato respectivo. Por ejemplo: detrás y dentro de una madre concreta, la señora X, hay también otras madres, como la propia madre y tantas otras figuras maternas que han desempeñado un rol en la vida de uno, y también está la maternidad. Todo esto sucede en medio de un total respeto por las reglas de la lógica bivalente, sin signos o manifestaciones visibles de bi-lógica; el individuo permanece intacto en su individualidad a pesar de que los estratos segundo y tercero están presentes en él. La historia no termina aquí, ya que detrás y dentro de la señora X, junto con las otras madres y la maternidad, está también la paternidad: cuarto estrato. Detrás y dentro de esta hay otras clases, luego vienen los estratos más profundos, hasta llegar a lo indivisible, misteriosamente presente en cada cosa, por más asimétrica que parezca. Lo indivisible está ahí siempre, aunque no se lo vea. Pero la relación entre los estratos puede alterarse, como cuando se fractura la diferenciación entre estratos, apareciendo manifiestamente en niveles conscientes estructuras bi-lógicas que serían usuales en niveles profundos. En estos casos, como en los pacientes psicóticos, se observan cortocircuitos entre los estratos. Por ejemplo, Schreber mostraba ecuaciones en las que revelaba su incapacidad para diferenciar a su padre de Dios o a sí mismo de su mujer como madres potenciales.
Normalmente encontramos mezclas de asimetría y simetría en las profundidades del inconsciente (por ejemplo, un sujeto puede sentir que tiene órganos genitales de los dos sexos a la vez: pene y vulva y vagina), híbridos que serían muy perturbadores y ansiógenos en caso de acceder a la consciencia. En general, lo que se observa es la introducción creciente de relaciones asimétricas a medida que estos compuestos ascienden por los estratos (neurosis). La irrupción brusca de los mismos en niveles conscientes más allá de cierto grado implica un quebrantamiento psíquico (psicosis). Ejemplo clínico: un adolescente que más tarde tuvo un brote psicótico, impulsivamente se hizo sacar un diente sano después de haber discutido con su padre. Esta extracción significaba para él ser viril y castrado a la vez (simétricamente).
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